Viaja a Perú y descubre el pasado inca de este país de Latinoamérica
Cuzco (o Cusco), El Valle Sagrado de los Incas y Machu Picchu son algunos ejemplos del poder del imperio incaico y una parada obligatoria en tu viaje a Perú.
Si por algo se conoce Perú es por todas las maravillas arqueológicas y los misterios que ha dejado el pueblo inca para la posteridad, algo que no te puedes perder en tu viaje a este país de América Latina. Por eso, te proponemos tres paradas imprescindibles en tu viaje a Perú, la cuna del Imperio de los Incas.
La ciudad de Cuzco no es actualmente la capital de Perú, pero si que lo fue antes de ser trasladada a Lima. Según la mitología, la ciudad se fundó por mandato del dios Inti (divinidad del sol), y desde allí el pueblo inca empezó a fundar su gran imperio. Lo que convierte a la ciudad de Cuzco en el centro neurálgico del mundo inca, quienes llamaron a su capital ‘Qosqo’ que en quechua significa ‘ombligo’: el ombligo del imperio.
Cuando los españoles, con Pizarro al frente, llegaron a Perú, se instalaron y empezaron a construir edificios sobre las edificaciones ya existentes. Por lo que aún se pueden ver muchos restos arqueológicos paseando por Cuzco, como la catedral (construida sobre el palacio del Inca Viracocha) o el convento de Sto. Domingo (levantado sobre el templo del Sol). Todo esto la hace un vestigio importante que, en 1983, la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad. Cuzco es, además, la puerta de entrada al Valle Sagrado de los Incas que lleva al visitante hasta Machu Picchu.
El Valle comprende una extensa zona de la cordillera de los Andes y está regado por numerosos ríos. Aunque no lo parezca a simple vista, se trata de una zona fértil de la que los Incas obtenían la mayoría de sus cultivos. Al recorrerla, nos iremos encontrando ruinas majestuosas y pueblos indígenas que aún conservan muchas tradiciones incas. Algunas paradas obligatorias en el camino son las terrazas de cultivo de Moray, donde los incas realizaban experimentos de cultivo; las salineras de Maras, nutridas por un río de agua salada; o el pueblo de Ollantaytambo, que conserva su diseño incaico casi intacto y asombra a los visitantes con su fortaleza. Y es en este último pueblo donde el viajero realiza la última parada antes de ascender a Machu Picchu.
Tras conocer la ciudad de Cuzco y recorrer el Valle Sagrado, llegamos a la visita obligatoria en todo viaje a Perú: Machu Picchu. La ciudadela inca más famosa del mundo se encuentra en un área rocosa a unos 2.400 metros de altura y está rodeada de ríos, terrazas de cultivo y templos. Se divide en dos zonas, una agrícola y otra urbana en las que sus más de 150 estructuras están construidas con grandes piedras apoyadas una contra otra sin el uso de amalgama. Todo aquél que conoce Machu Picchu entiende por qué es una de las siete maravillas del mundo y Patrimonio de la Humanidad. El cual, a pesar de ser uno de los principales atractivos turísticos de Perú y de haber sido objeto de muchos estudios arqueológico, guarda muchos misterios en su interior, convirtiendo al Machu Picchu en un lugar mágico que asombra a todo el que lo visita.
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